Igual a veces está todo bien
Algo traga mi corazón
baja por la garganta mientras miro una foto
todo el dibujo tiene una fuerza
el cielo se llena de rezos bíblicos
tu cara está nueva y sin pelo
hago crecer una montaña enfrente de la puerta
deposito una florcita infectada en la tierra
nos reímos del terror de nuestras fronteras latiendo
Mirándonos
somos dos abejas
detenidas como objetos.
No saltemos sobre las plantas que pinchan
Estoy en un trance profundo de las cosas
nada me apunta demasiado al corazón
si lloro a las siete de la mañana
me juzgo por estar llorando tan temprano
en mis dedos no hay sensibilidad
ya no puedo tocar
probé con el resto de mis sentidos
algunos no estaban desarrollados
no encontré a nadie para mirar
me detuve en las plantas que pinchan
quise robar un esqueje, ponerlo
en el piso de mi habitación
sentir las espinas rozar mi piel
me parece que afuera llueve
Sería genial. Hace muchos días que no pasa nada.
Alto domingo para estar con vos
Este es otro lado
otra casa
otro mundo
todavía no cayó la primavera
ya no es invierno
la serotonina aparece en niveles bajos
no quiero bailar
prefiero mirarte desde el techo
tener un rifle en la mano
desvestirnos
escribir en una hoja
el olor de los cuerpos
el tamaño de los pies
y cómo todo eso
nos eleva
a niveles
poderosos.
Quiero estar anestesiado
Esa tarde hubo un terremoto en mi cabeza
cayeron a mi cuerpo las líneas
entre estar vivo y ser una ojota rota
recalentar la comida
en un microondas
más grande que tu cabeza
comer al lado
de una familia
de muñecos de plástico
poner a descongelar
tus ojos en la mesada
sacar del plato
los pelos grises
sacar de tu habitación
un cadáver
encontrar en el sabor
de una tostada
a tu madre.
María Minnucci nació en 1988. Vive en Mar del Plata. Estos poemas pertenecen a su primer libro, que está siendo editado con Goles Rosas, editorial autogestiva de Mar del Plata especializada en poesía (http://golesrosaseditorial.blogspot.com.ar)
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