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martes, 17 de enero de 2017

Emilio Hernán Herrera




PISO FLOTANTE


no hay manera de escapar
de esconderse del miedo
como hacíamos de chicos
cubriéndonos con una sábana

en la tele informan que está lloviendo
que el verano termina mal
con grandes tormentas
trato de seguir escuchando
pero la alarma del auto es más fuerte
se multiplica
como el viento
que rompe los vidrios de las casas
un rayo azul se clava en la antena
la luz de todo el barrio se corta

alguien golpea la puerta
es el agua que ya tiene forma de ola
convierte el espacio
en una habitación flotante
el gato salta sobre la cama
ya estamos nadando,
el nuevo río nos lleva.




DIALÉCTICA DEL FUEGO

me pregunto si la desesperación
es igual para todos
Si Hegel, cuando se sintió morir
se sintió realmente morir       
                                                                                  Fabián Casas
                                                                a Julieta Lerman



en esta habitación
llena de tijeras en la mesa
recortes que vuelan hasta tocar el piso,
una voz inconclusa de la calle
dispersa el vaivén de los graffitis
que se van formando en su caída


todo puede pasar
que la luz no sea azul
que este pensamiento ilógico
de ser una simple sombra
en un mismo cuadro
tampoco sea nada

repito varias veces lo mismo
intento ordenar lo dicho
mientras observo
cómo el fuego de este último cigarrillo
lo quema todo
y me acuerdo de Hegel
sin preguntarme si aquella noche
verdaderamente sintió la muerte.
  


                                       (pertenecen al libro UN CUARTO AZUL)




OBJETOS SIN NOMBRE


el deseo de plantar
un limonero
se fue por la alcantarilla
como todos los libros de poemas

autores de todas las generaciones
se fueron
recorriendo el pasillo central
del edificio
pasando la puerta de rejas
hasta las zanjas muertas
donde se acumulaban
las pérdidas

los objetos sin nombre
parecían todos, la misma cosa
no había forma de retenerlos

el agua los había convertido
en seres vivientes
que sabían flotar
pero no sabían qué destino tomarían.




                                                                       (inédito)




ÉXODO MARITIMO

en el fondo del agua
sacan a las vacas vivas
las van llevando en fila india

los caballos con sus patas congeladas
van ordenando la tropa
del otro lado de la zanja infinita

allí había pastizales
soja trigo avena
que ningún dios comerá

entre la zanja y el hundimiento
aún se ve la tranquera
que alguna vez fue campo abierto
con sus cosechas tempranas
esperando el nuevo invierno

ahora todo está ahogado,
es un río infinito

                                                                                  (inédito)




MOLINOS DE AGUA


el hombre de la ciudad
ve por primera vez
la aldea de los molinos de agua

diez molinos de madera
van tomando el agua del río
mientras unos niños corren
cruzando los puentes

llevan flores en sus manos
ofrendas humildes y de colores
que dejarán sobre una piedra enorme
que pertenece a una tumba

allí duermen los restos
de un campesino que pasó los cien,
un sabio y puritano
que enseñaba las letras

el hombre
ve contento aquellas cabañas de bambú
el sonido de los pájaros libres
el canto del río calmo
sometido a los molinos

la música más cercana a la paz
en un lugar que no le pertenece
le dan ganas de tirar su reloj
a un pozo ciego

dejar su ofrenda floral
rasgar sus vestiduras occidentales
ser un campesino con quimono.


                                                                                              (inédito)



SOL DE OTOÑO


pega el sol contra mi cara
es una suerte ver el azul limpio
tener la persiana levantada
mientras anoto expediente por expediente,
las chicas se quejan
de tener mucho trabajo

es lunes bien temprano
el sol quiere decirnos 
que aún tiene energía
para hacernos pensar en el verano

fingir que ese cielo tiene el canto de las olas
o hacernos ver los expedientes
como toneladas de arena

mi mano sobre la cara,
el sol tiene ese encanto
de hacernos creer que hay sólo
una estación por año

me arremango el pullover
de bajo de el
tengo tres o cuatro remeras,
creo que perdí la cuenta

sigo anotando,
las carpetas entran en calor
afuera hace frío,
por un rato no importa demasiado.

                                                                                  (inédito)




BAJO EL PARAGUAS


entre el bloqueo de la gente y sus paraguas
está la idea de huir de París
y que tu baile en la tormenta
tape cualquier imprudencia
que se me ocurra decir.


Emilio Hernán Herrera nació en el barrio de Belgrano en el año 1978. Estudiante de Letras. En el año 2006 publica, para Ediciones Baobab, su primer libro, Ocho lunas de una noche de Carlos Oquendo, donde presenta una selección de sus heterónimos, homenaje al poeta Fernando Pessoa. Participó en la Antología de El Rayo Verde 2013, 2014 y 2015, 2016. Es parte de la VII Antología de Ediciones Ruinas Circulares 2015 como finalista. En el 2016 presentó su segundo libro: UN CUARTO AZUL, por ediciones El Ojo de Mármol.