Entramos en sus casas para hojear
el
álbum fotográfico, ver los cuadros
que
tienen, juzgar sus libros
contra
los nuestros.
Sin
duda para comprobar
que la
televisión no está encendida. Y que la música
importa
menos que antes
mientras
suene de fondo poco invasiva
y
notable. Entramos a sus casas
como si
fueran nuestras. Nuestra vida,
simplemente
mejor. Y contra eso
nada
pueden hacer.
No puedo escribir sin cariño de
ustedes,
sin
cerrar sus llaves que quedan goteando
o sus
ventanas iluminadas hasta el amanecer.
No
puedo escribir sin ser parte de todo eso
mientras
prenden y apagan el televisor, dejan en la mesa
con
displicencia una revista
o
ejercen esa sostenida y suave presión
al dar
vuelta la perilla de gas
para
calentarse un plato de tallarines
que no
importa tragar frío o caliente.
O
cuando ejercen esa sostenida y arrítmica presión
sobre
el teclado
como si
trataran de sujetar una pistola
y
dudaran ponérsela en la sien o darle a todos.
Sí, no
puedo escribir sin cariño
mientras
da lo mismo la música, siempre y cuando
suene
mejor que lo que hemos sido capaces de decir hoy.
Adelantamos
este tema ¿cierto?
No
puedo escribir sin amor.
No
puedo escribir sin correr sus cortinas
para
que entre la luz.
de Trabajos de luz de sobre el agua (2015)
Si
algún error cometimos
fue
enamorarnos de los días grises,
de
perros abandonados
que no
podíamos adoptar
y gatos
que no sé si nos cuidan
o
vigilan.
Por
supuesto comernos toda la comida
aunque
no tengamos hambre,
apartar
las aceitunas
o quedarnos
varios días en casa
sin
extrañar a nadie en lo más mínimo.
Y creer
toda una semana
que Hiding Tonight de Alex Turner
es la
mejor canción del mundo.
de Playlist (2015)
Vi a nuestra vieja, Claudio
cayendo
como un saco de papas
en el
baño.
Después
de ayudarla a ponerse de pie
sin
dejar de sostenerla
la
llevé apenas a su pieza, la acosté con torpeza
en su
cama.
Así no
puedo vivir, hijito
dijo
escueta, débil.
Y no
pude responder hermano
que
estaba equivocada.
No pude
decirle a nuestra hermosa madre
que
solo era una caída más
en este
día despiadadamente azul
de
octubre
en el
que había estado leyendo no sé qué
desde
el amanecer, veía a un mocoso
en su
traje de neopreno
intentarlo
una y otra vez con el esquí acuático
en el
lago.
de Cul de Sac (2016)
Ernesto Gonzalez Barnert (Temuco,
1978). Es autor de Cul de sac (2016), Playlist (2015/2017), Trabajos de luz
sobre el agua (2015/2016), Coto de caza (2013), Arte Tábano (2010) e Higiene
(2007). Obtuvo el Premio Nacional del Consejo del Libro a la Mejor Obra Inédita
Poesía (2014), el Premio Nacional Eduardo Anguita (2009) y el Premio de Honor
Pablo Neruda de la U. de Valparaíso (2007).