Nelly
Nelly observa
con amable dulzura y lentitud
la gente ir y venir, en el bar
y se pide su jugo y su árabe de lomo.
Luego un demonio se apodera
de ella y se queja
de todo.
Dice estar en el bar
porqué en Carlitos
hay gente joven y ruidosa
y ella solo quiere estar
junto a su árabe
que no pudo morder
que se le escurre entre los ojos
como los recuerdos
de un tiempo mejor.
Ella, la muerte o dios
Ayer fue el entierro de mi tía abuela.
El párroco que no sabía su nombre
repetía constantemente : Elvira, Elvira, Elvira
como si conociéramos a quien se refería.
Luego notó su error
leyendo el
ataúd y dijo :
“bueno, Emma,
pero
de segundo nombre Elvira.”
Y siguió diciéndole así.
Habló de dios, Jesús y los pecados
y después , la cremaron
otros dos tipos que tampoco
sabían como se llamaba,
ni les importaban
Ella, la muerte, o dios.
Las doce
Son las doce
y en Constitución
los obreros
se morfan
su sánguche
salvador.
Miran pasar a las
jóvenes estudiantes
de sociales.
Por sus manzanas
azucaradas
les silban.
Mientras imaginan
una tarde con ellas
en un mundo mejor.
El facho
El crudo invierno
y el desempleo.
Y del otro lado
de la puerta:
todas las novias que no fui,
todos los padres que no tuve.
Las cosas que no sé
como voy a pagar el mes que viene.
El facho por lo menos me invitaba a cenar.
Digo
Y dicen que te vieron y si esos ojos
no mienten, no se equivocan,
no se habían confundido,
estabas comprando cosas de la casa
con otra.
Otra casa, otro cuerpo, otro pelo
nunca el mío.
Yo jamás compro cosas de la casa.
Nunca podría acompañarte.
Genética
Tenés los gestos
de tu papá
dice mamá
y le cambia la voz.
Es que sabe reconocer
los signos
de quien no aprendió a vivir.
¿Para qué escribir cuando se puede hablar?
ResponderBorrarClaramente estos poemas no responden a esa pregunta.