1
Psicopatología de la vida cotidiana
la
interrupción
de
un destino de desplazamientos en un
circuito
fijo y el afecto por el punto
fijo
en el circuito
y
el haber
creído
decir algo
ahí
parecido
a un punto que forme
un
circuito fijo, otro
circuito
al decir y creer
haberlo
dicho
como
si se desplazara
es
el yo
*
Un
campo de energía invisible
Llena
el vacío del espacio
un
anillo de 18 millas de circunferencia
Donde
dos haces de partículas corren en direcciones opuestas
Convergiendo
y estrellándose a la velocidad de la luz.
*
la
interrupción
de
un destino de desplazamientos en un
circuito
fijo que es un campo de energía invisible
y
el afecto por el punto en el circuito
de
energía y el haber
creído
decir algo
como
si fuese
ahí
visible
ahora el punto y
como
si
nuevamente
se fijase
el
punto llenando el vacío del espacio
semejante
a un anillo de 18 millas de circunferencia
donde
de pronto dos haces de partículas se desprenden de ahí
y
corren
en
direcciones opuestas
convergiendo
y precipitándose y estrellándose nuevamente en ese
punto
que está formando otra vez un circuito y otro
al
decir
y
creer haber dicho
algo
como
si se desplazara
a
la velocidad de la luz
es
el yo
*
ahora
darle de comer
a
los perros
2
Los
amores
disímiles
caben, y
buscan
entrar dos
veces
en apariencias
simétricas,
solo
para
desobedecer
al
dios
que
los oye.
3
No
es la tela
donde
se balancea
el
espacio este espacio
en
que escribís. No es
la
materia incompleta
que
te tiene queriendo más
o
puteando así. Un sapo
es
todo el jardín
decís,
y por eso esas
flores
reventadas
y
violetas y la
hojarasca
después
con
su danza de oro
quebradizo
y reseco.
Está
ante vos ahora
el
jardín y ante vos
ahora
el sapo y las flores
y
adentro también está
jardín
sapo y flores
tu
decir. Un sapo es
el
fondo sobre el que
habías
apoyado
el
fruto y resbalaste
mismamente
por
la
apoyatura y el fruto
y
así venías tan pronto
con
tu cicatriz universal
un
día hasta el muro
a
escribir esto:
es
la imbecilidad
de
lo completo, lo atroz
de
estas tierras, decís
lo
menos bello del reino.
El
reverso de las cosas
te
tiene así, hermano
hasta
parecés el parpadeo
de
la materia en la tela del
tiempo
cuando gira y está
como
a punto de saltar.
4
Acaso
solamente
estemos
viviendo
la
inmensidad de un
presentimiento.
De ahí
en
adelante
el
milagro consiste
en
que esa dimensión
nos
perfore, no consiga
aplicarse
en nada, apenas
abra
la puerta creándola
en
el gesto
mismo
de quien va
a
pasar por aquí, ahora.
5
el
agua de la pava lista
y
en algún lado del mundo una casa
pensás
está
destruyéndose
mientras
acaricias
el gato
la
hoja que veías arrastrarse
por
la espiral de viento sobre la gris
canaleta
del parque ahora va
a
parar hacia el reseco
barro
de un charco
sabés
que también vos
habías
pasado por ahí
y
viste
cómo
la infinita esfera de agua
repetía
deformando el peso de los naranjos
ahora
el animal busca
un
rectángulo de luz
y
se recuesta
estás
en la alta piedra
de
las quebradas fulguraciones
donde
ceden los rostros
decís
a
la mordida de dios
entonces
la hoja vuelve a salir
arremolinada
por
el aire
y
ahí es cuando
se
estremece gravemente la tarde
y
el animal
arquea
el lomo como si
entrara
de un salto a la irregular
sombra
de la historia
y
la partiera
pero
era solo el roce
pensás
de
la caricia
6
Cada
encuentro revela
el
tropiezo inequívoco
del
que estamos hechos
y
nos precipitamos decís
a
hundirnos, pequeños
óvulos
en su pozo grávido
fecundante,
para recordar
de
paso y otra vez que
de
la misma materia se
cose
irresuelta la luz y nos
devuelve
al temblor fijo
y
giratorio de este pedazo
de
reino ahora habitado
tremendamente
por una
idéntica,
incendiada cuerda
que
vemos envolverse
y
unificar el pánico a las flores.
Gabriel
Pantoja. Nació en septiembre de 1978, en Córdoba. Estudió donde no
hubiera querido para recibirse de lo que sí deseaba. Practica, de
tal manera, la clínica psicoanalítica y la lectura psicoanalítica
y la escritura. Así los tropiezos del decir lo llevaron a la poesía,
y con alguna más inestable frecuencia al teatro: hace de profesor en
el dictado de algunas materias que porque se le escapaban a la
memoria debía fijarlas –como al absurdo de un argumento- en un
modo de actuación material. Publicó en 2015 el poemario Crack (por
Ediciones de la Terraza) y en 2017 Géminis, por ediciones del Dock,
con el cual obtuvo el premio Javier Adúriz de poesía y del que
sigue sospechando de ese accidente.
Qué hermoso.
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