SIMULACIÓN
estoy
sentada en el medio del bosque
viendo
los insectos que pasan
camino
incómoda entre la maleza
descalza
porque así parezco
más
salvaje
suenan
tambores de fondo
y
hay un lago a lo lejos
de
pronto
a
mi alrededor se van cayendo
de
a una las paredes
que
simulaban el paisaje
es
de noche y estamos
en
una cueva a cinco mil metros
sobre
el nivel del mar
no
tenemos rostro
encendés
un fueguito
se
escucha de fondo una gotera
la
canilla que quedó perdiendo
hay
un riesgo de inundación y no quiero
que
el poema nos desborde
capaz
hay algo que no tengo que contar
capaz
hay algo que no tiene
que
despertarse todavía
ESTA
CASA
el
otro día enumeraste
las
distintas especies de arañas
que
habitan en esta casa
todas
son venenosas
pero
sólo algunas son letales
de
noche el silencio es total
la
vida está apagada
a
pesar de la caída de las ramas muertas
sobre
el techo
y
el peligro siempre latente de la naturaleza
un
árbol aplastó la casa del vecino el mes pasado
y
a otro lo picó un alacrán que ahora guarda
en
un frasco sin tapa
también
hay un nido de algo entre las calas
lo
descubrí el otro día rastrillando las hojas
te
cuento todo esto a las 2:30 de la mañana
porque
estaba soñando que teníamos
una
conversación agradable
y
un escarabajo se metió dentro de mi cama
y
caminó entre mis piernas y de pronto
eran
miles y me estaban invadiendo
algunos
sabían volar como helicópteros
en
una gran guerra de insectos asesinos
todo
esto sucedía y no pensaba más que en contártelo
decirte
que nadie se salva del miedo
ni
de la velocidad de un bichito furioso
que
acelera sin luces por la habitación de noche
y
te ve delante y te choca sin pudor
como
un auto oscuro con el caparazón gigante
esa
vez que te perseguían en la ruta
vos
también estabas asustado
y
te refugiaste en la estación de servicio
nadie
se salva del miedo a lo que ocurre
rápido
detrás sin que sepamos qué es
latiendo
como un corazón escondido en la madera
una
tarde de domingo junto a un árbol
que
parece inofensivo
CIRUELO
¿qué
haríamos vos y yo ahora si estuviéramos
en
la tormenta
atados
en cuerpo y agua contra el pasto
enterrados
hasta el fondo en el barro
junto
al ciruelo que florece
sobre
las lonas mojadas bajo la nube
que
nos persigue siempre
y
vuelca con su peso el agua
y
todo se resbala y se escapa de las manos
como
un llanto que empieza a llegar despacio y agita lejos
los
árboles?
pero
acá todavía
no
lo sentimos tanto
un
cable suelto se queda golpeando al costado del camino
un
poste de luz
las
cosas que nos pasaron se están empapando
en
un gran basural a cielo abierto
CUARENTENA
mi
mamá baja una montaña grandísima
las
ramas y las piedras la cubren por completo
siente
lejos en su cuerpo un país en cuarentena
pero
está cerca
se
murieron tres o cuatro hijos
los
olvida mientras baja una montaña grandísima
como
un vientre blanco que se eleva
va
esquivando las zonas de peligro
curvándose
como el agüita de un arroyo
y
conoce el camino aunque lo siente extinguido
y
siente el dolor que eso le provoca
aunque
es la primera vez que baja la montaña
se
dirige directo al aire sucio
como
un roedor
va
buscando y empieza a encontrar los cadáveres
alrededor
de los cadáveres la tierra no forma nada
se
queda callada y sola
ciudades
enteras fueron enterradas por la peste
mi
mamá las pasea
en
medio del campo exterminado quiere ayudar
a
curar a los enfermos
que
están buscando ayuda y no saben si está acá
o
en otro lado
LUCY
dejo
los árboles
me
está invadiendo un hombre
que
todavía no nació
dejo
los árboles con mi quinto hijo
su
peso dentro de mí me impulsa hacia la pradera libre y sola
el
viento caliente despeja el pastizal
ellos
vienen en manada
oscurecen
el espacio a medida que se acercan
como
barro que se acumula entre las plantas
la
piel se me eriza por debajo del pelo
es
agradable sentirse así
en
la cima fui tejiendo un plan para nosotros
para
comer por los años que nos quedan
ellos
se paran a mirarme
con
las patas traseras firmes sobre el suelo
no
estuvieron pensando en mí y algún día
me
despedirán y seguirán su camino
con
la cara manchada de sangre me preguntan
si
quiero un poco
si
quiero más
me
quitan mi porción
me
arrastran hacia los pantanos
me
ensucian, se encariñan
temen mi muerte porque
no sé cruzar el río
caminan
decididos hacia mí cada uno con la fuerza
de
millones de ellos
Camila
Urresti nació en Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina) en 1995,
donde actualmente reside. Es estudiante del Profesorado y la Licenciatura en
Letras en la UNMDP. Participó de la Residencia de jóvenes poetas del Festival
Internacional de Poesía de Rosario (FIPR). Es organizadora del encuentro
mensual de poesía ELICSYR. Recientemente ha publicado el libro La vida primitiva (Editorial Goles
Rosas).
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